Danzaron
el tiempo de tres albas
y
a la cuarta, entre gorjeos,
terminó
el duelo… y la esperanza
en
alabanza a un último quiebro.
El
hermano en adulterio
cayó
tendido de espaldas,
mas
no muerto, pues su cara
se
haría pasar por el bueno.
Y
el diablo en su chanza
le
dijo: ¡Avanza
ahora hacia el cielo!,
su
mal encubierto le dispuso su barca
y
así haría pasar su alma por la del muerto.
Resuelto
hacia el cielo se lanza,
macabra
danza cuyo dueño
cumplirá
su sueño de venganza
engañando
a la amada de su gemelo.
Mas
Dios una carta siempre se guarda
e
hizo que se encontraran a medio camino.
Amor
mío, por fin me alcanzas.
Y
en volandas la levantó, Qué
bien huele, hermanito.
Allí,
en el limbo, se encontraban,
la
patraña perpetrada y el delito,
el
mito de la felicidad falsa
y
entre lágrimas ella le dijo:
Siento
algo diferente, algo cambiado,
Como
un daño que no muere.
¿Eres
tú realmente mi amado
O
eres engaño creado por mi mente?
¡Mírame
de frente! ¿Soy mentira?
¿Acaso
mi sonrisa no te es suficiente?
No
te inquietes, mi querida…
Lo
que no fue en vida será en la muerte.
Juntaron
sus frentes y comenzaron caricias,
pero
ella no era mezquina y fue consciente
de
que su amado no era este; se halló perdida,
y
no vio más salida que engañarse y creerle.
Porque
sin él, no existe el infinito.
se
vuelve ínfimo, así que me engañaré,
sus
besos creeré como si fuera el mismo,
tenerle
a mi lado necesito, por lo que le amaré.
¡Ni en el siglo de oro, niño!!
ResponderEliminar¡El resultado final me ha encantado!
¿Se repetirá...?
Habrá que esperar a que los sesos descansen un poco jajajaja